Esta entrada es subjetiva, tendenciosa, pretenciosa (más de lo habitual) y en ella digo cosas que harán que te lleves las manos a la cabeza. Avisado quedas.
Últimamente leo mucho acerca de tratamientos médicos alternativos, terapias energéticas y demás pseudociencias que pretenden mejorar nuestra salud y que seamos un poco más felices. (1)
¿Por qué son “pseudociencias”? Porque sus postulados no pueden ser demostrados mediante un método científico. (2)
¿Por qué las consumimos? Porque nos satisfacen, aunque no nos curen. (3) Porque queremos creer que consumiéndolas somos mejores personas. (4) Porque nos dicen que a alguien sí le han funcionado. (5)
No voy a decir que toda la homeopatía es una patraña porque no es cierto, ya que entre muchas tonterías, se clasifican como “homeopáticos” algunos tratamientos que sí funcionan. (6)
No voy a decir que todas las terapias con flores de Bach sean una sandez, porque me ha dado la sensación de que funcionan con el estrés de los gatos, aunque curiosamente a mí nunca me han servido de nada.
Dante, mi gato en acogida, elevando mi nivel de estrés.
No voy a decir que los tratamientos de MMS y demás remedios milagrosos son ineficaces, porque me estaría quedando corto y además me pongo de mal humor.
Conozco los efectos de una medicina convencional incapaz de ver más allá de sus anticuados y obsoletos métodos y tratamientos. También conozco las consecuencias de acudir a una medicina alternativa cuando la desesperación y el miedo te acechan. (7)
Todo esto me lleva a una conclusión: lo mejor que puedes hacer es investigar, contrastar, no creerte lo que te digan sin cuestionarlo, y pensar por ti mismo.
Lo contrario nos conduce a la superstición (8) por un lado, y al fanatismo (9) por el otro.
Ahora aplica todos estos puntos a cualquier campo que se te ocurra, verás cómo te llevan los demonios.
QUIERO LEER O ESCRIBIR UN BUEN LIBRO
(1) Busco “TALLER LITERARIO”, 666.000 resultados. un número inquietante.
(2) NO EXISTEN NORMAS PARA ESCRIBIR BIEN.
(3) Nombra 10 best-sellers de los que recuerdes el nombre del protagonista. ¡Ah, los personajes sólidos, qué bien perduran en nuestra memoria!
(4) Los lectores somos más inteligentes, guapos y delgados.
(5) Y los escritores ni te cuento.
(6) No, en serio, no he encontrado ninguna referencia o texto en la que un escritor con un cierto éxito admita que su secreto es haber realizado cursos y talleres.
(7) “estafa editorial”, 1.220.000 resultados
(8) Bla, bla, bla, crisis, piratería, etc.
(9) ¡Adoremos al nuevo Becerro de Oro!