Una pausa. Unos haikus



Entrada escrita por Libertad García-Villada y Jesús Durán.


Hoy venimos con una entrada mínima. No por ello menos intensa, menos reflexiva.


Hace poco más de un año participamos por primera vez en un concurso anual de haikus y lo comentamos en el blog. La entrada la titulamos Lo que el corazón siente: el haiku

Es muy difícil expresar sentimientos, un instante, una mirada, lo que el corazón nos dice, con un formato de sílabas 5-7-5. En la mencionada entrada ya explicamos brevemente los requisitos de este formato de poesía.


Volvimos a intentar triunfar en la convocatoria de este año que está a punto de terminar…, sin éxito. Bien es cierto que disfrutamos mucho escribiendo haikus. Con la dificultad añadida de hacerlo a cuatro manos.


A ambos nos gusta mucho este tipo de expresión poética. Tanto es así que incluso creamos varios para incluirlos en un relato titulado Cuatro estaciones —que fue seleccionado en la convocatoria de temática japonesa Historias de Japón, organizada por Altavoz Cultural y cuya antología se publicará en breve. 


Como lectores habituales de haikus, recomendamos —si puede ser— libros bilingües en los que aparezcan los ideogramas japoneses, kanji, además de su transcripción a letras romanas, en japonés rōmaji —muy interesante ya que permitirán comprobar cómo suena y apreciar la sonoridad—, y su traducción.


En muchas ocasiones resulta de gran ayuda si la edición incluye también comentarios a pie de página. Esta opción es de un enorme valor y a tener muy en cuenta. Nos muestra las dificultades que han tenido los traductores para expresar lo más exactamente posible lo que quiere decir cada kanji. Además, nos permite contrastar nuestra propia interpretación del poema. 


Tal vez un día comentemos alguno de estos libros, si al Daimio del blog, Eduardo sama, le parece bien. Incluso escribir una lista de recomendaciones, a manera de reseña.


En cuanto a la fotografía para componer el haiga —dibujo que acompaña al haiku y que en el concurso podía ser una imagen—, la realicé en los alrededores de Ávila, en un viaje reciente. Durante el atardecer. En espacios amplios se pueden ver muy bien las espectaculares formaciones de nubes estivales. Para esta ocasión mantuvimos el color original de la fotografía, sin pasarla a blanco y negro, para forzar el contraste que el propio haiku nos transmite.


Como a Libertad y a mí nos gusta dibujar, no descartamos realizar alguna acuarela para el año que viene, en la modalidad de haiga.

Os dejamos con dos haikus y un haiga


Esperamos que os gusten.



La Luna mece
Sosiego de las sombras 
Mi bebé duerme

Flor amb un fons gris
Fissura en mig de l'asfalt
La Terra que viu

(Flor con un fondo gris
Fisura en medio del asfalto
La Tierra que vive)

Tarde con frío
El otoño que surge
Las nubes junta


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