Un escritor, un músico y un humano entran en un planeta.

Así comenzará un chiste que contará, en un futuro lejano, un cómico que se sentará en un taburete delante de una pared de grafeno, con un micrófono y un público procedente de varios planetas diferentes. La única duda es si el cómico pertenecerá a la especie humana, pero que esa escena sucederá algún día no tengo la menor duda: sin sentido del humor, nadie se atrevería a conquistar la galaxia.

Este tipo es un extraterrestre médico que quería ser cómico. Es majo.

Arthur C. Clarke no pensaba en la comedia cuando escribió Cánticos de la lejana Tierra. Es un libro serio, que no aburrido, ciencia ficción dura de calidad y con un escenario fantástico. Echa un ojo a lo que dice la Wikipedia, que está muy bien.
https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1nticos_de_la_lejana_Tierra

Me encanta esta portada. Mi ejemplar está más deteriorado, eso sí.

Es un libro interesante que plantea preguntas interesantes. La parte científica es igual de rigurosa que en el resto de la obra del autor, aunque dicen que aquí las emociones y sentimientos de los personajes tienen un peso mucho mayor en la trama. A mí me parece igual de maravilloso que el resto de sus libros.
Eso debió pensar Mike Oldfield cuando compuso su impresionante álbum homónimo, en 1994, una pequeña joya imprescindible para fans del músico, del escritor y de todo el mundo, así, en genérico, porque de verdad que es maravilloso.
Sí, eso es. El álbum The Songs Of Distance Earth está inspirado en el libro de Clarke.

Siéntate en un sofá cómodo. Deja que suene la música y empieza el libro. Recuerda tener un gato en tu regazo, que eso siempre mejora la experiencia, aunque te deje la ropa llena de pelos. Y disfruta de esta combinación de música y libro, que es de lo mejor.


Ahora te dejo con un microrrelato que Libertad escribió hace tiempo sobre un tema similar, para que entres en calor.

DONDE HABITA LA ESPERANZA

Vendieron la idea de que no ocurriría. Pero ocurrió. El calentamiento global causado por la contaminación derivó en un cataclismo. Seguido de una guerra mundial por el control del agua potable. Seguida de un invierno nuclear. Toda forma de vida pluricelular sucumbió. El planeta quedó convertido en un desierto de arena, hielo y agua contaminada.

Antes del final dio tiempo a lanzar un centenar de naves espaciales. Portan hembras en hibernación y una amplia variedad de muestras seminales criopreservadas; lo básico para empezar de nuevo. Su destino es el único planeta habitable conocido. Está a varios años luz. Procedentes de dicho planeta se recibieron ondas radioeléctricas que indicaron que está habitado por una raza con un cierto desarrollo tecnológico. Una raza que, por lo tanto, se consideró civilizada y dotada de empatía. Entendería y sería hospitalaria.

La probabilidad de que la misión fracase es alta. Pero había que intentarlo. Ese mundo distante es la única esperanza que existe de perpetuar la especie. Es el tercero de un sistema de ocho planetas. Y está lleno de vida. Debido a su color, los astrónomos que lo estudiaban lo denominaron “Planeta Azul”.

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