¡Ah! Que curioso que me estrene escribiendo una reseña sobre un autor desconocido. He investigado a ese tal Eduardo Enjuto y por la expresión maligna en su rostro deduzco que es poco merecedor de confianza… Al lío:
Una Reseña Idiota De Borja Alonso
Bajo mi experiencia, con un libro autoeditado solo pueden pasar dos cosas:
- Es un mierdolo formato godzilla.
- Te llevas una grata sorpresa.
La lógica dice que debería de existir una zona gris, ¿verdad? Libros solventes y con un precio ajustado. Pues a día de hoy (25/03/19) ni he visto a esa zona gris ni la espero (aun así pienso hacer reseñas de unos cuantos) ¿A qué se debe esto? Ni idea, pero supongo que hay demasiados autores que lanzan sus obras a la selva de las redes sociales y el mercado de los ebooks sin dar a sus hijos el repaso y mimo que se merecen. Y entre semejante lodazal existen obras que de verdad merecen la pena, pero no hay editorial que se arriesgue a apostar por un desconocido random. Triste, pero lógico, al fin y al cabo.
El libreto que nos ocupa milita, claramente, en el punto 2.
¿Pero de qué va QUIÉN DIJO MUERTE: Los que se niegan a morir?
Vamos con la reseña: El libro arranca con un personaje al que le han diagnosticado un cáncer prácticamente incurable. A raíz de este bombazo empieza a sufrir alucinaciones visuales con una entidad sobrenatural que… ¡Pero vaya spoiler, maño! Calma, calma. ¡Don’t panic! Lo que acabo de destripar se nos revela en la primera página y en el primer capítulo, pues esta obra en verdad no va ni de la lucha contra una enfermedad, ni de ningún conflicto sobrenatural. Aquí no vais a encontrar dioses moviendo los hilos a las espaldas del protagonista (American Gods), ni demostraciones de superación brutales (sólo se me ocurren películas, sorry). QUIÉN DIJO MUERTE: Los que se niegan a morir destila humanidad en todas y cada una de sus… no me puedo creer que haya hecho esa comparación tan chabacana. Lo que quiero decir es que la obra trata, más bien, de la relación del protagonista con su pasado, su presente y su (jodido) futuro. Me parece más una historia de reflexión íntima que una megatrama aventuril. Sospecho que el autor ha vertido más de sí mismo en la historia de lo que estaría dispuesto a reconocer.
¡Ojo! Que también tiene sus giros y sabrosuras. No estamos ante un panfleto de auto ayuda, gracias a Cthullu.
Entonces, ¿merece la pena?
Los personajes principales están bastante bien (hasta el gato), aunque a los secundarios los he encontrado un poco desdibujados. (El protagonista me parece algo cáscara vacía, pero creo que casa perfectamente con el tono). Entrando en lo puramente formal: el libro está bien escrito. Se nota que el autor ha pulido su estilo (Tercer libro suyo que me leo. Aquí podéis echarle un ojo a otro) y los únicos peros que le puedo poner a la obra son los siguientes: el tema tratado, por motivos personales, no ayuda a que empatice con el protagonista. También me hubiera gustado que el autor hubiera jugado más con el suspense de lo real, onírico, etc. Eché en falta más dudas sobre la percepción del protagonista y me pareció que un elemento de su pasado se revelaba demasiado pronto. ¿Quizá estoy pidiendo suspense a un libro que no lo necesita? Puede ser, pero me gusta la intriga, me pone cacho…. Hostia ya, no me tengo que justificar, que esto es una crítica y no todo van a ser palmaditas en la espalda.
Conclusiones finales de la reseña
Ladrillismo: Bajísimo. Se lee rápido.
Relleno: Nulo. Todo es chicha.
Moloneidad: Dependerá de tu sensibilidad por el tema.
Personajes destacados: El gato y la niña.
Género: Uh, ¿paranormal mágico felino? Que decida el autor.
Portada: Un poco fea, la verdad. Tenía que decirlo.
Conclusión: El libro me ha parecido un 7,5 sobre diez. No llega a sobresaliente, pero… que no vale ni cuatro perras, gente. Seguro que habéis pagado por auténticos mierdolos. Leedlo, pirateadlo y compradlo. Da igual el orden, pero no dejéis que el anonimato hunda a futuros escritores.
Anexo plus final: Eh, tú, lector anónimo. Si sabes de algún ebook autopublicado que merezca la pena no dudes en comentarlo. No vale el autobombo. Tienen que ser obras que te hayan dejado con el culo torcido. El género me importa poco, lo realmente valioso es descubrir pequeños diamantes entre las montañas de mugre.