Ready Player One vs Armada: Un duelo fraticida

Un colega (Piterl) viene y me dice lo siguiente: «Tío, tienes que leer este libro. Te va a encantar. Es mierda de la buena» La obra en cuestión tiene una portada con marcianitos y una sinopsis que provoca recelo. Sospecho que estoy frente a una especie de fanfic hipervitaminado. Ready Player One es el título, pero confío en el criterio de mi amigo y le doy una oportunidad.

Lo devoro en dos días. Me da algo de acidez de estómago, pero ni tan mal.

Ready Player One. Un éxito extraño

A raíz del estreno de Ready Player One en cines, se me ocurrió releer la obra de Ernest Cline y tomar algunos apuntes. Conclusión: una vez perdida la frescura, a la obra le pasa como a los pescados, que huele un poco mal. Para el que no lo sepa, RPO es el debut de un autor desconocido que ha facturado millones. Pasó de la nada a semidios. También me resultó curioso que la versión cinematográfica se saltara a la torera casi todo el libro y me costó un poco asimilar que algo tan jodidamente friki lo petara tanto. Pero no he venido aquí a hablar de la película de Spielberg, si no a comparar Ready Player One con su hermano pequeño jorobado, Armada, y a divagar sobre por qué el primero me pareció un libro palomitero muy disfrutable y el segundo un bodrio almidonado de los que te sacan los colores.

Ready Player One y su protagonista jirafa invertida
POR FAVOR miren esa pierna: ¡Con semejante pata uno puede enchufar el televisor sin levantarse del sofá!

¿De que van Ready Player One y Armada?

Ready Player One narra las aventuras de un pobre chavalín fanático de los videojuegos y de la cultura pop de los ochenta. Nuestro héroe se ve envuelto en una trama para salvar OASIS, (un simulador de realidad virtual que oposita a sustituir al porno como entretenimiento de masas), de la megacoporación maligna de turno. El libro es un compendio de referencias y de guiños a la época. Hay millones, desde Queen a Eye of the Beholder. Rol, videjuegos, música, cine, cereales, anuncios… En este sentido sigue la estela de Stranger Thigs, It, etc: ataca al lector desde la nostalgia. ¡Da gustito! También hay muchas explosiones, algo de drama, un lich jugón y espadas vorpalinas +5. ¿O eran llameantes?

Armada, por su parte, narra las aventuras de un pobre chavalín fanático de los videojuegos y de la cultura pop de los ochenta. Nuestro héroe se ve envuelto en una trama para salvar…

Algo va mal con Armada
Algo va mal…

¿Os habéis dado cuenta ya, verdad? Armada es un clon de RPO. Esta evidencia me da un poco pereza, pero no voy a criticar el libro por eso; no voy a quejarme de que me den ración doble de frikismo. ¿Estamos locos? Peeeero es que antes de abrir Armada uno ya nota el olor a pezuña quemada. Hablo de esas notas en las cubiertas de un libro en las que celebridades lo ponen por las nubes. Cuando una novela me la venden como “Del autor de otro libro que sí está bien”, “El nuevo Tolkien baturro” o “La obra que conmocionó a Spielberg” me dan temblores, pero es que entonces comenzamos la lectura de Armada y el libro se nos cae de las manos.

Esto No es Ready Player one
No todo va a ser odio. Bueno. Quizá sí.

Dórame la píldora, pero con cariño

No es ningún secreto que RPO te cuela las referencias para hacerte sentir calentito y dentro de tu zona de confort. Te seduce al ritmo de New Order y te saca más de una sonrisa. La diferencia entre las dos obras radica en matices, como que RPO hace uso de ellas para que la historia avance y solo se detiene a recrearse si es necesario para la historia… Bueno, casi siempre. Por su parte, Armada te escupe las referencias a la cara sin criterio alguno. Te fusila. ¡Qué importa si lo que está pasando no tiene ni pies ni cabeza! ¡Zack ha puesto “Another bites the dust”! En Armada nos encontramos con escenas cuyo único propósito es señalar con el dedo un póster de Sonic de la Megadrive. Tal cual. Eso es masturbación. Os juro que sentí vergüenza ajena leyéndolo. Me recordó a todo lo malo de Big Bang Theory. Lamentable.

En resumen: RPO es un libro honesto y eficiente, mientras que Armada tiene la misma sutileza que el pescuezo de un jabalí. Los paralelismos se repiten en otros aspectos de la obra y siempre se cae en el error de anteponer lo molón a lo funcional. Vamos a hablar de algunos de ellos.


Personajes, Gary Sue, arquetipos…

Los protagonistas son dos gotas de agua. Ambos son chavales con un pasado traumático que poseen aptitudes y conocimientos impropios para su edad —lo siento, pero jamás me creí que Wade hubiera jugado, leído y dominado tantísima historieta—. Los protas siguen el Camino del Héroe de Campbell casi al dedillo, pero saltándose lo que le da sentido al monomito (hablaremos de esto en su momento, prometido), pero la diferencia es que mientras a Wade (RPO) te lo puedes llegar a creer, a Zack (Armada) no. ¿Por qué? Al primero lo vemos fracasar, pasarlas putas, etc, y al segundo jamás. Wade se hunde psicológicamente —con robopilinguis incluidas—, y eso lo hace humano, mientras que Zack se pasea por la novela con la chorra fuera. Hay un momento en el que la pifia estrepitosamente, y tú, como lector, piensas: “Madre mía la que ha liado. Ahora es cuando le van a medir el lomo. Ya era hora”. Pero no, le sueltan un discursito, y ale, a casa silbando.


Nota informativa del día: Mary Sue (también llamado Mary Stu o Gary Stu), en el mundo de la crítica literaria y más recientemente del fandom, es un personaje ficticio en exceso idealizado y abiertamente identificable como el alter-ego del autor o del lector. Su principal característica es la de acaparar toda la atención de la historia y cambiar elementos importantes del argumento en su beneficio sin explicación alguna. Usualmente es un personaje sin defectos notables, cuyos aspectos positivos superan todo su rol en la historia y lo vuelve unidimensional.1 Generalmente es una persona joven de bajo rango, que soluciona una situación complicada mediante habilidades inverosímiles.

Como escritor, soy consciente de que una de las peores cosas que les puedes hacer a tus personajes es mimarlos. Puede que Wade sea una proyección del autor disimulada, pero es queZack directamente es un maldito dios.

Hablemos de la chica. ¡Oh, la chica!

Luego está el tema de los personajes secundarios. En ambos casos flojean bastante, pero es en la chica donde quiero detenerme. Seré breve: Art3mis (RPO) es un personaje que tiene metasincluso le echa la pierna por encima al protagonista un par de veces— mientras que la de Armada se me ha olvidado hasta el nombre es un adorno cuya única función es servir de interés amoroso y condensar las fantasías pajilleras adolescentes del autor. Es un cliché con patas lleno de tatuajes. Fin.

Hablemos (algo) de la trama…

Vale, RPO no es Juego de Tronos, pero por lo menos vas leyendo y pasan cosas. Hay cambios en el paradigma e incluso tiene sus giros, pocos, pero los tiene. Hasta hubo un par de momentos curiosos que me motivaron a querer descubrir qué estaba ocurriendo. Además RPO cierra bien. Sin gloria, pero lo hace. Armada es una carretera en línea recta desde:

  • A) La sinopsis
  • B) La última página

Tal cual. Si te les la contraportada y la última página te encontrarás en posesión del 99% del argumento. Ese 1% que falta es el “girito loco” final que, en mi opinión, posee un nivel de bochornosidad gargantuesco tan sólo equiparable a la Tarasca. Se nota que al autor le gustó El Juego de Ender, tanto, que quiso meter un cabo suelto al final (que casi podría ser considerado plagio) para así poder vender secuelas. Penoso.

Ready Player One vs Armada: ¿Y bien?

Ninguno de los dos libros será la obra de tu vida, pero por lo menos RPO aporta un poquito de novedad y divertimento. ¡Dios! Como gocé al deducir que la primera llave estaba en la Tumba de los Horrores antes que el protagonista —así de friki soy, sí—. Por su parte, Armada me pareció una sucesión de referencias metidas con calzador por la que iba desfilando el protagonista sin esfuerzo alguno. Os juro que me sacó los colores en demasiadas ocasiones. No tengo ninguna duda de que es un producto diseñado y parido a rebufo del megahit de Ready Player One.

Ladrillismo de las obras: Ambos se leen a una velocidad acojonante.

Nivel de vergüenza ajena nerdística: RPO te hace sentir como un cerdo en una charca, mientras que Armada… casi lo mismo, pero en mal.

Moloneidad: Por las nubes ambos. Quizá se pasen de frenada, ojo.

Personajes destacados: Ninguno, la verdad. Quizá Art3mis. Psé.

Género: Ci-fi nerd referencial. Como Stranger Things, como he dicho.

¿Coherencia?: No se la busques. Deja que tu cabeza vuele lejos, hijo mío.

Colofón final: RPO es una carta de amor escrita con el corazón, mientras que Armada es un clon frío y sin alma. Si para mí el primero supuso un orgasmo nerd, el segundo me resultó un gatillazo. No duden en echarle el guante a RPO, pero por favor, mantengan en el olvido a Armada. Es un proyecto prefabricado que ensalza la prostitución de la literatura. Huyan.

@borradorcrisis

Este soy yo

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