Leo esto en la página de Facebook de Arcadia libros y me da la risa…
Consejos irreverentes para niñas desobedientes. Consejos para niñas pequeñas, por Mark Twain. Ilustraciones de Vladimir Radunsky.
Traducción de Raquel Vicedo. Editado por Sexto Piso. Virginia Collera.
El escritor estadounidense escribió en 1865 una serie de irreverentes consejos para niñas […] Ni que decir, que el tono de sus consejos supuso una nota discordante en la época. “Por entonces la literatura infantil estadounidense era fundamentalmente didáctica y se dirigía a un lector imaginario: un niño o niña ideales que inmediatamente después de leer el cuento incorporarían a sus héroes como modelos de conducta. Twain no se contuvo para que lo leyesen y lo comprendiesen los niños, sino que les pidió que se esforzasen para absorber el lenguaje y el humor de los adultos”.
Mark Twain era un genio y, a juzgar por estas imágenes, con un sentido del humor atrevido para la época. Y atrevido para los tiempos actuales, también.
En esta entrada no diré gran cosa. Sirva, eso sí, como mi agradecimiento personal a todos aquellos escritores con valor y talento suficientes como para dirigirse a un público infantil, con o sin intención educadora. Les decimos a los niños que pueden aprender mucho con la literatura, pero no les enseñamos que también pueden divertirse, sin necesidad de que esa diversión implique aprender, o sacar conclusiones, o forjar el carácter.
Sé que hay muchos y muy grandes escritores de literatura infantil. A todos ellos quiero decirles que, gracias a su poco reconocida labor, los lectores adultos aprendimos a amar a los libros. Y en muchos casos, a comprenderlos.
Ahora ponte en el lugar de unos padres sacrificados del siglo XIX, de moral intachable y recios valores familiares, que se encuentran con estas viñetas.
Lo dicho: Mark Twain era un genio y, cuando vuelva a ser jovencito, quiero escribir como él.
Agil y divertido, me ha gustado mucho.