Morfina y otros cuentos

”Morfina” es un relato de Mijaíl Bulgakov. Fue escrito en 1921 y publicado por primera vez en 1927 en la revista rusa Meditsinkii Rabotnik (“Trabajador médico”, literalmente). Le acompañan en esta obra otros relatos del mismo autor, que en sí componen Diario de un joven médico (editorial Barbaros, 2013).

¿Quién es Mijaíl Bulgakov y por qué he leído este libro de su cosecha?

Mijaíl Bulgakov (1881-1940) es uno de los escritores rusos más conocidos del siglo veinte. Su obra más relevante, El maestro y Margarita (1969), es un clásico de la Literatura Universal, una de esas novelas que todo el mundo debería leer antes de diñarla, porque para eso venimos al mundo, para leer, escuchar y ver las obras maestras; lo que hacemos con el tiempo que no invertimos en humanizarnos es puro devaneo. Se da la casualidad de que esta obra ya la conocía, de hecho la leí hace unos cuantos años por recomendación de mi pareja (y hablaré de ella algo más adelante en esta entrada, de El maestro y Margarita, no de mi pareja). Es decir, que Bulgakov no me era desconocido y su obra, lo que conocía de ella, me parecía cuando menos interesante.

Mijaíl Bulgakov en 1926. Ya sabía desde hacía tiempo que no viviría mucho más.

Por otro lado, decidí leer Morfina… porque no hace mucho vi su versión cinematográfica y me encantó. Se trata de una magnifica adaptación de la obra para la pequeña pantalla protagonizada por Harry Potter (quiero decir Daniel Radcliffe) y Don Draper (quiero decir Jon Hamm, que fue lo que verdaderamente me atrajo de la serie, para qué negarlo). La adaptación, como digo, es extraordinaria (la recomiendo sí o sí), y rebosa humor negro, muy muy negro, tanto que puede ser de difícil digestión para estómagos sensibles. Pero creo que cualquier persona con sentido del humor disfrutará con ella siempre que sea capaz de admitir que Daniel Radcliffe represente a un joven Jon Hamm (a mí me costó un poco tragármelo).

Jon Hamm y Daniel Radcliffe, como un huevo a una castaña.

La novela no es tan caustica, ni mucho menos. Ambientada a principios de siglo pasado, recoge la experiencia profesional de un joven médico moscovita, recién licenciado, en un área rural del norte de Rusia, es decir, en mitad de la nada. Como “Doctor en Alaska” pero en versión rusa, que es así como más triste y brutal. El protagonista, con un lenguaje harto austero, cuenta sus peripecias como único médico del hospital comarcal en el que trabaja, donde casi todos sus pacientes, locales, son campesinos analfabetos que, por no saber, no saben ni lo que es la sífilis ni reconocerla cuando la padecen.

Se trata de un relato interesante, y sobrecogedor en ocasiones por la completa incultura de los aldeanos y por las situaciones, con frecuencia terribles, por las que el protagonista ha de pasar en el ejercicio de su profesión. Para escribirla, Bulgakov sin duda se inspiró en su propia experiencia como médico en la remota provincia de Slomesko, allá por el norte de Rusia, donde Cristo perdió el sombrero en un día de viento. Resalta, por supuesto, el relato “Morfina”, en el que describe la caída de un hombre en la adicción por esta droga. De nuevo, la propia adicción que Bulgakov tuvo a dicho opiáceo sin duda le sirvió de inspiración para escribir el relato.

Pese a la sequedad del estilo, el libro merece la pena: se lee en nada (es bastante corto); entretiene, especialmente si tienes algún conocimiento médico; y da que pensar, en particular en lo dura que es en el fondo la gente y cómo es capaz de sobrevivir a experiencias horribles.

Ya que presento en esta entrada una obra de Bulgakov, aprovecho y presento dos por el mismo precio.

El maestro y Margarita

El maestro y Margarita es una obra muy diferente de Morfina y otros cuentos. No se trata de una serie de relatos unidos por un narrador común, es una novela como Dios manda: extensa, compleja y con varias capas. Se trata de una sátira, pero es también una obra fantástica o surrealista. En ella, Satán visita la Tierra (ya ve, Mr. Gaiman, no hay nada nuevo bajo el Sol), el Moscú soviético y ateo de los años treinta, para ser más exactos, por curiosidad y para atormentar a la sociedad literaria de entonces, en general descreída, arribista y corrupta (como Bulgakov la describe).

Conociendo un poco la difícil vida que Bulgakov tuvo como escritor, pues era contrario al régimen de Stalin, es fácil llegar a la conclusión de que en esta obra suya no hizo sino resarcirse un poco de las penalidades por las que los críticos afines y los censores le hicieron pasar. Muchas de sus obras fueron destrozadas por la crítica y muchas otras fueron directamente prohibidas. El maestro y Margarita en particular no vio a luz hasta 29 años después de su muerte.

La novela es original, extravagante, divertida y triste a la vez y, en fin, muy rusa, en el sentido de que uno siente, al leerla, que ha de ser ruso para poder entenderla por completo, o al menos conocer un poco la vida de Bulgakov.

Ha sido adaptada a la pantalla en varias ocasiones. Yo tuve hace años la oportunidad deber la versión que para la televisión hizo en 2005 Vladimir Bortko y, si no te atreves así, a bote pronto, con la novela, te recomendaría que vieras al menos esta adaptación, que es muy buena.

Satán cavilando alguna maldad.

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