En el libro que estoy escribiendo aparecen muchas prostitutas.
Muchas, muchas, no, pero la mitad de los protagonistas ganan dinero a base de acostarse con otras personas.
(También lo hacen extorsionando, robando y, en un par de casos, invocando a dioses antiguos y monstruos, pero ese es otro tema.)
En cualquier caso, buscando información para documentarme un poco, me he enterado de que más de un tercio de los hombres españoles ha recurrido a la prostitución para, supongo, echar un polvo. Y digo “supongo” porque, después de lo que estoy leyendo estos días, no me atrevo a dar nada por supuesto.
En este enlace puedes leer algunas conclusiones extraídas del libro
editado por Los Libros de la Catarata, y que recoge los resultados de tres años de entrevistas, investigación y trabajo.
Me quedo con un par de conclusiones inquietantes:
– La prostitución aumenta cuando se despenaliza.
– Los puteros cada vez son más jóvenes.
A esto le añadimos que el putero medio tiende a ser misógino (las mujeres que se dedican a esto es porque quieren y las más guapas son las más guarras, lo llevan en la sangre), y que piensa que el dinero otorga la razón (yo pago y por lo tanto haces lo que yo quiera, ¿no?).
Y aderezamos la mezcla con los datos de un político que apuesta por la legalización, que dice que un 85% de la prostitución en España es forzosa.
Lo repito por si no se ha visto bien: un 85%.
Las asociaciones pro-prostitución rebajan esos datos a “una de cada siete mujeres”. Lo siento, lo he leído en algún lado pero no encuentro la fuente. Supongo que considerarán que esa cifra es aceptable (?), y que sólo leerán testimonios de prostitutas de lujo.
Otros estudios aumentan la cifra al 95%. Por cierto.
En Suecia, Islandia y Francia, la solución adoptada es interesante: se multa al consumidor pero se protege a la prostituta, tratando la prostitución, hablando mal y pronto, como si fuera un caso de violencia encubierta.
¿Excesivo? No, en la mayoría de los casos. Y si nos ponemos conservadores, no para una de cada siete prostitutas. Acabemos con otro mito: Si tiene la oportunidad, la mayoría de las prostitutas abandonan ese mundo.
Ahora, antes de que algún putero ofendido salte a la palestra, agotemos los tópicos:
Algunos hombres no tienen otra opción, en los burdeles buenos eso no sucede, se ha hecho desde siempre, un hombre tiene sus necesidades, los hombres sólo buscan experiencias diferentes, en realidad ellas lo hacen porque quieren, blablabla.
Bla.
Más de uno me dirá que estoy diciendo tonterías, o exagerando, o que él nunca ha visto a una chica coaccionada cuando se la tiraba a cambio de dinero. Porque esas cosas sólo les pasan a los demás.
Pero los números cantan y lo podemos pintar de verde, que el resultado es el mismo: si te has ido de putas más de siete veces, siendo generosos, lo más probable es que seas un violador.
Y ahora, los deportes.