Inspiración en imágenes

Cuando surge una idea en tu cabeza, y esa idea tiene algo que ver con un lugar o una persona, lo normal es que te formes una imagen mental, una representación más o menos nítida de lo que quieres contar.

Se llama imaginación. Es algo que usaban los niños antes de que existiera la televisión, hace mucho tiempo, cuando se leía. Los adultos solemos perderla durante uno de los grandes reveses que nos da la vida: El primer corazón roto, el primer funeral o la primera hipoteca.

DSC01528_29_30_tonemappedCuando quiero escribir sobre un lugar determinado, me ayuda mucho tener cerca fotografías o dibujos que se aproximen a esas imágenes mentales que tengo en mi cabeza. La gente de +Nubes, por ejemplo, muchas veces lo borda. Lo normal es que utilicen fotografías sin retocar, pero a veces se dejan llevar y consiguen imágenes tan sorprendentes como éstas.

Las ciudades tienen una parte visible, que es la que todos conocemos. En mi caso es, sucia, ruidosa y muy incómoda, porque como ya he dicho en algún momento, mi ciudad es fea, así, como suena.DSC01525_6_7_tonemapped

Pero todas las ciudades tienen otra cara, la que se esconde entre las piedras y, si te fijas muy atentamente, puedes ver justo con las primeras luces del amanecer. La ciudad, en ese momento, se convierte en un ser vivo que late, respira y siente.

 

Si tienes la suerte de ver la ciudad con esos ojos, los del borracho taciturno o los del madrugador medio dormido, justo antes de que esa ciudad que vive se ponga a toser y a escupirte, quizá, sólo quizá, descubras un mundo nuevo.

También puede ser que pilles un catarro, porque esta mi ciudad no se caracteriza por su clima benévolo. Si es así, declino toda responsabilidad.

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