Se puede escribir bien, se puede escribir muy bien, y luego está Marguerite Yourcenar.
Recupero y edito esta entrada porque quiero tener su obra en mis oraciones. Briconsejo: ¿Te gusta escribir? Lee a los grandes.
No puedo decir nada de esta escritora que no se haya dicho ya. Uno de sus libros más famosos, Memorias de Adriano, puedes leerlo en castellano traducido por Cortázar. Todo un lujo.
Un fragmento del libro que me encanta:
No te llames sin embargo a engaño: aún no estoy tan débil como para ceder a las imaginaciones del miedo, casi tan absurdas como las de la esperanza, y sin duda mucho más penosas. […]
Pero de todos modos he llegado a la edad en que la vida, para cualquier hombre, es una derrota aceptada. Decir que mis días están contados no tiene sentido; así fue siempre; así es para todos.
Después de leer eso, sólo puedo responder de una forma:
Aprovecho esta entrada para difundir otra cita de esta autora. Quizá no esté muy relacionada con la literatura, pero ¿de qué sirve escribir si no es para cambiar el mundo?
“Seamos subversivos. Hay que rebelarse contra la ignorancia, la indiferencia, la crueldad que, por lo demás, suelen aplicarse a menudo contra el hombre porque antes se han ejercitado con el animal.
Recordemos, puesto que hay que relacionarlo todo con nosotros mismos, que habría menos niños mártires si hubiese menos animales torturados, menos vagones precintados llevando hacia la muerte a las víctimas de ciertas dictaduras si no nos hubiéramos acostumbradoa a ver furgones en donde las reses agonizan sin alimento y sin agua, de camino hacia el matadero; menos caza humana derribada de un tiro si la afición y la costumbre de matar no fueran patrimonio de los cazadores.
Y en la humilde medida de lo posible, cambiemos (es decir, mejoremos si es que se puede) la vida.”