He aquí un lugar que me gustaría visitar.
Arte Sella es el destino soñado para aquellos que amamos el land art o arte terrestre. En estos campos se encuentran obras de más de 200 artistas de todo el mundo.Desde el año 1986, los campos del valle Sella en Trento, Italia, se han llenado lentamente de obras de arte hermosas que, por la perfecta armonía con la que se desarrollan en ese lugar, han vencido la prueba del tiempo y se han convertido en parte de éste.
Viendo estas fotografías recordé una idea. El arte no imita la naturaleza: la reinventa.
La característica de ese tipo de arte es que sus materiales son elementos naturales proporcionados por la naturaleza, como madera, tierra, arena, piedras, hojas, viento, fuego, agua, etc. Y es precisamente por esa razón por la cual, generalmente, estas obras se adaptan tan bien al lugar donde son creadas y llegan a parecer obras creadas por la misma naturaleza.
Los artistas, en este bosque, no sólo desarrollan la creatividad, sino que integran su trabajo para que resulte visible, sorprendente y, al mismo tiempo, de un modo extraño… natural.
No termino de decidirme con estas obras. No sé si me encantan, me inquietan o me resultan banales. No me dejan indiferente, así que supongo que, de un modo u otro, son buenas.
Me preguntaba si se podría hacer algo parecido en la literatura… ¿Es posible reinventar el mundo real con palabras? ¿Se pueden generar estas emociones confusas sin imágenes ni sonidos, simplemente con evocaciones?
Pues sí se puede, me respondí. El demiurgo habla en verso, y la poesía es la respuesta.
La buena, claro, porque al igual que ocurre con otros tipos de arte, la poesía abunda, pero poetas hay muy pocos.