Reseña escrita a cuatro manos entre Libertad García-Villada y Jesús Durán.
Vamos con la segunda reseña de Sant Jordi, de la Feria del Libro de 2023.
Aún quedaría una tercera de dicho año, que intentaremos se materialice lo antes posible. ¡Ay, el tiempo disponible y nuestros compromisos!
Con dos ejemplares, uno para cada uno de nosotros, de la editorial Libros del Asteroide, dedicados y firmados por la autora en la librería Finestres, nos disponemos a reseñar una novela que, adelantamos, nos ha gustado mucho.
Marta San Miguel escribe poesía, y de aquí surgió nuestro interés por conocer su primera novela, Antes del salto. El ejemplar tiene una faja — Libros del Asteroide maneja muy bien la integración de las cubiertas y contraportadas con las fajas— en la que se informa de que se trata de la segunda edición —entre comentarios/halagos de varios autores—; la escritora mencionó, en el momento de la firma, que dicha edición era «reciente reciente», vamos, para la ocasión del Día de Libro.
«Una vez escribí en un poema que los nudos solo se deshacen sin tirar de ellos».
Antes del salto es una novela llena de sensibilidad, de lo que se olvida y vuelve, de recuerdos, de instantes, de lo que perdemos con el paso del tiempo. Nosotros.
«En todas las casas hay restos de uno mismo que pretenden ser memoria y son justo lo contrario; la materialización del olvido».
El estilo
Marta San Miguel escribe muy bien, con un estilo pulcro, preciso, contundente. Narra «lo habitual» con maestría, con intimidad y delicadeza. Con las palabras justas nos lleva de viaje por la añoranza, pero la sentimos con tal intensidad que la novela se nos hace corta. Son 187 páginas y pediríamos más.
«No soy turista. No soy viajera. Solo soy alguien que se muda, igual que las cuestas solo son líneas rectas en un mapa».
El tema
La contraportada reza «Antes del salto es la historia de una reconstrucción: la de una identidad diluida por el tiempo y la rutina». Quizás añadiríamos que es una novela de decisiones, de lo que dejamos atrás. En una de nuestras dedicatorias, Marta San Miguel escribió: «[…] porque la memoria sea el impulso de nuestros saltos narrativos […]». Sí, la memoria, y de ahí a la nostalgia.
«Es habitual irse de un sitio, pero no tengo claro en qué nos convenimos al abandonar los lugares que nos acogieron».
Antes del salto es una novela sobre lo que nos define en cada periodo de nuestra vida. Sobre cómo estos aspectos característicos de cada uno van cambiando con la edad: es una novela sobre las pérdidas. Porque vivir es perder. No es cambiar, como nos parece en cada disyuntiva, ya que cada cambio, nos damos cuenta con la madurez, implica dejar atrás una parte de nosotros que ya solo volverá en forma de nostalgia. Lo peor es cuando te das cuenta de todo lo que has perdido, tan importante. Esto es lo que le ocurre a la protagonista de Antes del salto: dejó la juventud atrás hace tiempo, pero ahora dispone de un año sabático, para pensar sobre lo que habitualmente no piensa, para percatarse de esta pérdida, para sentirla desde la posición privilegiada que concede la madurez.
La trama
En este aspecto, la contraportada —de nuevo la usamos— aporta una correcta información de la trama. Por nuestra parte, aún la resumiríamos más: la protagonista y su familia deben mudarse a Lisboa por un corto periodo —un año, en el que su marido trabajará en el Instituto Superior Técnico— y, ya en el avión, se da cuenta de que ha olvidado llevarse consigo la foto de su caballo, el que montaba de niña.
Desde ese instante, lo experimentado en la infancia adquiere una significativa relevancia —aún no conocemos el vínculo con su caballo; ya llegará—, especialmente en la capacidad evocadora que los objetos pueden tener al activar nuestros recuerdos.
Todo lo que ocurre lo narra: desde ir a Ikea a por una mesa, la tecla que falta en su portátil, las obras de un bloque cercano, las calles de Lisboa…, lo difícil que es adaptarse a una nueva vida dejando parte de la vida atrás. Y es esta otra vida, la anterior, la pasada, la única que parece tener peso, porque ha dejado huella, mientras que la de ahora es solo el momento que pasa y del que desconocemos lo que nos dejará.
A nuestro parecer, la obra tiene tintes autobiográficos.
«Los escucho desde ella, y cuando establezco ese vínculo entre lo que no puede vivir y lo que yo vivo, se alumbra un pedazo oscurecido de su memoria».
Y Quessant
«No sé por qué se volvió suficiente después de años compitiendo y de paseos por el prado, después de haber nadado en un río y en el mar. Después de tanto, se volvió suficiente pasar un rato a pie con Quessant».
Porque es Quessant el desencadenante de todo el entramado de recuerdos. El verdadero artífice —nuestro y su protagonista— sobre en el que se desarrolla la novela.
Su caballo.
Su querido caballo, con el que tenía una relación de camaradería especial.
Es la foto del caballo; una imagen de los obstáculos que tuvo que saltar, que saltaron juntos. Por supuesto, también de sus tropiezos; sus vidas; y, sobre todo, del instante en el que estuvieron en el aire, en el que todo es aún incertidumbre.
Tiene tanta importancia Quessant que, de hecho, es el único nombre que figura —de entre todos los protagonistas—, ya que incluso para referirse entre ellos utiliza «Pequeño» o «Marido».
Y es que nos encariñamos de los recuerdos de y con el caballo. La autora demuestra un gran dominio del tema ecuestre. Nos lo muestra de forma didáctica. Empezando por el color del caballo —alazán— y pasando por la terminología de puntuación de saltos. Cada momento compartido con Quessant es único y hermoso, porque ella lo vivió; porque lo vivieron y somos ahora los receptores de lo que sintieron. Marta San Miguel nos lo transmite, con detalle y emoción.
Antes del salto es una novela de recuerdos, de estar preparados; muy bien escrita —como comentamos al inicio—, que nos llevará a descubrir, de mano de la protagonista, toda una vida llena de pequeños grandes momentos.
De lo que estuvo y ya no está.