Mi ciudad es fea, fea de verdad. Dicen que tiene un encanto señorial, por su importancia histórica, ya sabes. Eso es como decir que es interesante, pero fea.
A su favor diré que es una ciudad vieja, llena de esquinas, recodos, cruces de caminos y lugares donde no llega la luz del sol. Las ciudades antiguas tienen magia.
Uno de los lugares mágicos de mi ciudad vieja. En todo el centro.
La magia, en esta ocasión, es reciente y se escribe sobre muros blancos.
¿Conoces el movimiento de Acción Poética? Se define como un movimiento literario-mural. Básicamente, se trata de escribir pensamientos de amor y profundas frases optimistas sobre paredes blancas.
Es un movimiento que lleva años alegrando las paredes de Monterrey (México), que (creo) es donde se originó. En las redes sociales puedes encontrarte fotografías de acciones de este tipo en diferentes países y regiones… Chile, Cancún, Argentina, Tucumán, y también España.
El otro día me acercaba a un parque que acondicionaron en las afueras hace unos años, bonito y acogedor porque siempre hay gente jugando con sus perros, y me fijé en una pared.
Había pasado por delante de ella cientos de veces, pero ese día…
ese día, la pared a la que nunca había dirigido la palabra me miró a los ojos y me alegró la tarde. Alguien había escrito en ella con el único objetivo de hacer sonreír a las personas que pasaran por delante.
¿Tu ciudad tiene alguna pared similar? Fíjate bien, porque a veces pasan desapercibidas. Si la felicidad está en los detalles, detalles como éste hacen de mi ciudad una ciudad hermosa.
