Ángeles de Sangre y Carne de Primera: El inspector Proaza me cae gordo

Voy a retomar las reseñas sobre libros, que se me acumulan.

Y es que me lo he pasado  fenomenal leyendo un par de libros de novela negra que me han demostrado, una vez más, que la diversión acecha en las obras más insospechadas. Porque no hay nada mejor que divertirse con un libro, y ojo, que no hablo  de reírse, sino de pasarlo bien, igual que cuando montas en una montaña rusa o ves una buena película de miedo.

Rafael Estrada, creo yo, es de esos escritores que piensan que no hay nada mejor que una buena historia, y se nota.

En estos libros asistimos a los primeros casos de Juanito Proaza,  un inspector de homicidios que resuelve de forma magistral, gracias a sus dotes de investigador, un difícil caso de asesinato en el que…

No, estos libros no funcionan así. El inspector Proaza es listo y hace lo que puede, pero los casos que nos plantea Rafael Estrada en estos libros no se solucionan gracias a pistas imposibles ni a notas que el asesino envía a la policía. Son casos extraños, truculentos, complicados, en los que no existe un único villano ni un héroe que lo capture. Cuando los lees, te da la sensación de estar en la piel de un policía que tiene que desenterrar los cabos para poder atarlos, que depende de la labor de sus compañeros y que juega con las cartas que le han tocado, ni más, ni menos.

El protagonista es un tipo normal, tan interesante como para gustarnos, pero no tan extravagante como para no resultar creíble. Y tiene buen gusto para la música, por cierto. Sí, los libros tienen banda sonora y un listado de canciones al final. Buen punto.

El argumento principal de cada libro, es decir, el caso que hay que resolver, podría formar parte de un episodio de CSI, pero son casos con tantas caras diferentes que a veces no sabes muy bien cuál es la principal. La motivación de cada implicado es diferente y eso hace que el conjunto resulte tridimensional, creíble dentro de su crudeza, y original, y mira que es difícil conseguir eso.

Pongo un ejemplo que me ha llamado la atención: en Carne de Primera, entre otras cosas, se aborda el veganismo y la crueldad con los animales en una granja. No se hace apología de ninguna ideología, ni los protagonistas terminan convirtiéndose en vegetarianos, porque el crimen que les trae de cabeza a los policías no tiene que ver con el consumo de carne. No hay panfletos ni posicionamiento de ningún tipo y, sin embargo, quizá gracias a esa distancia calculada, resulta uno de los libros más interesantes que he leído en el que se trata, aunque sea el telón de fondo, el activismo por los derechos de los animales.

Insisto: Es una novela negra, habla de asesinatos de seres humanos , ejem, entre otras cosas que no revelaré, y eso es lo importante. Comento este tema como ejemplo de la atención al detalle y el cuidado que ha mostrado el autor a la hora de desarrollar la trama.

Siempre digo algo negativo de los libros, porque obras maestras sin fallo alguno es difícil encontrarlas, así que déjame que piense… Mmm… Veamos…

Vale, vamos con ello: Cuando hablan de técnicas de aikido, por ejemplo, al inicio de Ángeles de Sangre, aunque se nombran y describen con corrección (el diablo está en los detalles y el Sr. Estrada lo sabe), los diálogos entre los protagonistas resultan algo artificiales. Eso sucede también con los diálogos de algunos personajes que resultan un poco forzados, como si el autor tuviera prisa en que nos diéramos cuenta de lo fantásticos que son algunos de ellos. Luzón, el forense, por ejemplo, es un personaje interesante con un sentido del humor muy peculiar, y no pierde ocasión de demostrarlo. Salvando las distancias, es como ese amigo que está tan preocupado por mantener su condición de “tipo gracioso” que no puede abrir la boca sin soltar un chiste, por malo que sea. A este personaje le vendría de perlas un libro para él sólo, donde pudiera desarrollarse de forma natural a lo largo de un buen puñado de escenas.

Dicho con otras palabras: A la mayoría de los libros le sobran páginas; a estos, sin embargo, le vendrían muy bien unas cuantas más.

Hay otro aspecto que me molesta mucho de estos libros: El tercero aún no ha sido publicado. ¡Mal, muy mal! ¡Quiero leerlo ya!

¿Cómo que “Próximamente”? ¿Qué demonios significa eso? ¡Que GRR Martin retrase sus libros todo lo que quiera, el invierno puede esperar! ¡Pero yo no!

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